lunes, 16 de abril de 2007

MARCELINO CAMACHO


SINDICALISTA


(Osma La Rasa, Soria, 1918) es un destacado sindicalista y político español. Fue secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) entre 1976 y 1987 y diputado comunista por Madrid entre 1977 y 1981.


Nos encontramos con un personaje cuya popularidad, ligada a un carisma peculiar, se mantiene a lo largo de los años transcurridos ya desde la muerte del dictador Franco. La imagen de Marcelino Camacho recogida en los textos, ilustraciones y fotografías de la historiografía es, en general, la de un activista que se dirige a un público o la de un líder en la presidencia de una reunión. Camacho con su jersey, atuendo popular en un ambiente donde la corbata apenas existe, dirigiéndose al público configuran la imagen arquetípica del activista obrero.


La caracterización de la figura de Marcelino Camacho en la literatura histórica se encuentra unida a un binomio esencial: a Comisiones Obreras, como símbolo del nuevo movimiento obrero español, y a la represión antifranquista. El Proceso 1.001 se convertirá en el elemento esencial de engarce de este binomio y en el punto nuclear de proyección de la figura de Marcelino Camacho. A partir de este proceso arranca el símbolo de Marcelino Camacho como representante y líder del nuevo movimiento obrero en una situación de Dictadura que potenciará el elemento mítico, la defensa de unos valores frente a unas condiciones de absoluta dificultad y adversidad, aunque este elemento mítico será más recogido por la prensa y la memoria individual de quienes vivieron aquellos tiempos.


La figura de Marcelino Camacho en la literatura histórica se puede estructurar a través de su papel político, su papel sindical y su imagen y carisma personal. Como no podía ser de otra manera, estos tres campos se encuentran interrelacionados en una figura que une al sindicalista con el político y con el militante del Partido Comunista de España4. Pasemos a analizar cómo se han reflejado y desarrollado los elementos de cada uno de éstas tres facetas. En primer lugar, en el aspecto político resalta su contribución, desde su militancia en el PCE y CCOO, a la consolidación y legitimación de la democracia. Junto a este elemento, la literatura histórica resalta también la fidelidad a sus ideas y al PCE. En este segundo caso, desde una posición que podía ser crítica con la dirección del partido, como se demostró en su enfrentamiento con Santiago Carrillo.
En la literatura histórica también hay unanimidad en el reflejo de su faceta sindical al considerarle "fundador", "máximo líder histórico", "principal dirigente" y "espíritu vital de CCOO". Todas estas calificaciones se encuentran ampliadas por el acuerdo respecto a su visión autónoma del sindicalismo, en el campo político, y a la defensa de un desarrollo propio de Comisiones Obreras. Como consecuencia se creará, con el paso del tiempo, una asociación muy reforzada de su figura con CCOO y con la defensa de los derechos de los trabajadores. Su enfrentamiento con Santiago Carrillo, con el argumento de la defensa de la autonomía sindical, le llevará a proponer en el II Congreso de Comisiones Obreras las incompatibilidades entre los cargos dirigentes de esta organización y determinados cargos de dirección en partidos o de representación institucional. La disgregación del PCE con la consiguiente expulsión de los Renovadores y abandono tanto de los carrillistas, que constituirán el Partido del Trabajo, como de los sectores prosoviéticos, que organizarán el Partido Comunista de los Pueblos de España, se transmitirá a Comisiones Obreras por la continuidad de la militancia de elementos de estas organizaciones. Ello planteará a Marcelino Camacho la necesidad de apoyarse y promocionar nuevos dirigentes ligados más a su trabajo en CCOO que a un partido en descomposición. De esta forma, se refuerza una cierta autonomía de Comisiones al resistir a la descomposición del Partido, y Marcelino Camacho se convierte en el aglutinante de un equipo de dirección propio que fue capaz de producir en la Secretaría General de CCOO un relevo sin traumas, mostrando la consolidación y mayoría de edad de ese Sindicato.


Dirigió CCOO hasta 1987, periodo en el cual se convirtió en la primera central sindical española y le convocó la primera huelga general al gobierno de Felipe González en 1985. En 1987 pasó a ocupar el cargo honorífico de Presidente, al ser sustituido en el cargo de secretario general por Antonio Gutiérrez. Dimitió como Presidente en 1995 al estar en desacuerdo por el alejamiento de la dirección de CCOO del PCE y su continuo giro a la derecha.
En la actualidad sigue militando en el PCE y es miembro de su Comité Federal.
Ha recibido la Medalla al Mérito Constitucional de manos de Juan Carlos I.
Tiene 2 hijos, Yenia y Marcel. Vive en un piso de tan sólo 60,7 metros cuadrados habitables en Carabanchel Bajo, distrito obrero situado en el sur de Madrid.

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